Esta alianza entre las dos familias, así como su deseo común de producir un vino argentino distinguido, dio origen a Flechas de los Andes Gran Cabernet Franc.
Tonos rojizos de intensidad media a alta. En nariz este vino expresa toda la elegancia del varietal: pimiento morrón y rosas, moldeado por la mineralidad del terroir y algunos leves descriptores de roble. En boca tiene una intensidad media y una textura sedosa. Final elegante y delicado que permite disfrutar de la tipicidad varietal sin que predomine la impronta del roble.
Molleja crocante grillada con tomates asados y perejil
Queso brie
de Meaux brie
Spaghetti italiano
con salsa de tomate
Conejo al horno,
con ajo y romero
El año 2020 dejó una marca indeleble en todos los vinos. En las variedades de ciclo largo, como el Cabernet Franc, acentuó el perfil de fruta negra y mermelada. Flechas de Los Andes Cabernet Franc no es una excepción a esta regla. Criado un año en foudre, es de color granate, con aromas de grosella, notas de mermelada, pizca de ciruela y guinda siempre confitada, con un punto de sol. Gracias a un cuidadoso trabajo de extracción en la bodega, el paladar es de mediana concentración, con taninos plush y cierta riqueza propia de una añada cálida y seca. Balanceado en sabor y fruta, es perfecto para beber de ahora en adelante hasta dentro de 5 años más.
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La añada 2021 fue perfecta para las variedades bordelesas, ya que desde la primavera el ciclo fue ralentizado por temperaturas frescas y una buena humedad en febrero. Flechas de Los Andes Cabernet Franc se ajusta como un guante a un año delicado. Criado un año en foudre, abre con notas de hierbas de campo, ceniza y una pizca de lúpulo. Ofrece también aromas de grosella y ciruela frescas, con toques de regaliz y anís. Con un paladar ágil, de textura media, graso y untuoso, despliega un perfil largo, de sabor ajustado y taninos finos. Tiene más matices y un paso anclado en la buena frescura. Para beber de ahora en adelante hasta dentro de 10 años.
El 2022 es una añada que quedó algo eclipsada por el equilibrio de la 2021, pero es igual de pertinente para las variedades bordelesas, con un plus: al ser seca, profundizó una expresión ligeramente concentrada. Criado un año en foudre, despliega aromas de cereza y guinda frescas, suma un punto de hierbas de campo, con una pizca de madera suave por la juventud —se ensamblará— y un trazo de ceniza propio de la variedad bien trabajada. Con un grip fino en boca, gracias a taninos pulidos y apenas reactivos, y una elevada expresión de sabor, ofrece un paladar de concentración justa y jugosa. Es un vino delicioso, para beber de ahora en adelante hasta dentro de 15 años más.
El año marcó el regreso a las añadas cálidas, y 2023 extremó la condición seca. Por ello, las heladas tempranas y tardías no fueron la excepción en este ciclo. Gestionar bien la vendimia fue clave para el Cabernet Franc. En Flechas de Los Andes hubo dos cosechas: la primera definió un perfil magro; la segunda, más graso. Combinadas, realzan el perfil. Criado un año en foudre, abre en aromas con una nota de hierbas, ligeramente mentolada, con un punto de guinda negra y cereza madura, casi confitada, sobre un fondo de fruta negra que aporta energía. En boca es pura intensidad, con algo de grip, graso medio y paso ligeramente ajustado. Es un vino de buena energía para una añada compleja. Para beber de ahora en adelante hasta dentro de 10 años.
Color rubí profundo, vivaz y concentrado, con reflejos violáceos.
Aromas puros y compactos, delicados, con ligeras notas de fruta negra, hierbas secas y un toque de humo.
Buen volumen y frescura, fluido pero compacto en su expresión. El ataque tiene expresión y agarre, pero sigue siendo vibrante. Un vino joven, de frescura sostenida y con un carácter muy especiado que aporta cierta profundidad al final.
Nota:
Tonos rojizos de intensidad media a alta. En nariz este vino expresa toda la elegancia del varietal; pimiento morrón y rosas, moldeado por la mineralidad del terroir y algunos leves descriptores de roble. En boca tiene una intensidad media y una textura sedosa. Final elegante y delicado que permite disfrutar de la tipicidad varietal sin que el roble predomine sobre las otras características.